En Ariadna Libera nos encanta inventar y volcar nuestra creatividad creando diseños de collares y colgantes de macramé, con dedicación y con amor por nuestro trabajo. Jugamos con los diferentes tipos de hilos, colores, cuentas, piedras, engarzados y anudados que acaban resultando piezas artísticas y únicas. Para que sólo tú puedas lucirlas en tu cuello y escote marcando tendencia y un estilo excepcional.
Disponemos de un extenso catálogo donde seguro encontrarás el estilo que más se adapte a tu personalidad y a tus gustos. Y donde podrás elegir los mejores collares de macramé para comprar.
VENTA DE COLLARES DE MACRAMÉ Y COLGANTES DE ARIADNA LIBERA:
COLLARES DE MACRAMÉ
Tanto los colgantes como los collares en macramé artesanos, considerados por muchos como bisutería, son en realidad artísticos y originales ornamentos creados con tejidos anudados que, en nuestra opinión, deberían considerarse como joyería de alta gama. Porque son especialmente laboriosos, además de bellísimos.
Debemos tener en cuenta que la mayoría de los collares tejidos llevan detrás muchas horas de trabajo, nudo por nudo realizados a mano. Algo que se debe de valorar cuando los compramos y los lucimos.
Así, su precio no sólo valora la originalidad o complejidad del collar en sí. También se tasa tanto las horas de trabajo que dedica a su creación el maestro artesano, como su talento y creatividad.
Eres de esas personas curiosas que piensan que el saber no ocupa lugar y gustan de informarse en profundidad?
En Ariadna Libera queremos satisfacer tu hambre por la cultura. Sigue leyendo e infórmate del significado, simbología, historia y curiosidades sobre los collares artesanales…
COLLAR SIGNIFICADO
Su definición es muy simple: «Adorno para llevar colgado al cuello». Aunque también está rodeado de otros significados como el espiritual, o como símbolo de riqueza, estatus e incluso de habilidades.
También vinculado a la magia como círculo que rodea el cuello, a modo de amuleto que proporciona protección contra las enfermedades y contra el mal de ojo.
HISTORIA DE LOS COLLARES ARTESANALES
Un simple collar hecho de una cadena de materiales orgánicos locales como conchas, dientes o cuentas de hueso es una de las formas de joyería adoptadas por las culturas primitivas de todo el mundo.
Los materiales más preciosos de más lejos también se valoraron para los primeros collares, con frecuencia en forma de cuentas, como los de coral rojo mediterráneo encontrados en un entierro neolítico en los Alpes (alrededor del 4200-3400 a . C. ). Otros tipos tempranos de collar incluyeron el torque, un antiguo collar celta hecho de metal retorcido. Y la lúnula , una variación plana, en forma de media luna y grabada del torque que se encuentra en la Edad de Bronce. Tanto en Irlanda como en Escocia (1800-1500 a. C. ).
Por tanto, hablar del origen del collar es remontarnos a cientos de miles de años. Pues desde la prehistoria se creaban estas ornamentaciones uniendo conchas, piedras o huesos con sogas obtenidas de las plantas o cueros de animales.
Ya no como símbolo de poder sino más bien con intenciones decorativas. Aunque también se utilizaba para mostrar ostentosamente, por ejemplo, la destreza y habilidad como gran cazador. Luciendo dientes, colmillos, pieles o huesos de animales difíciles de cazar.
Fue en el antiguo Egipto, el auténtico boom del collar artesanal como elemento decorativo y estilismo. Y muy vinculado al estatus social y como signo de poder adquisitivo. Los maestros orfebres de la época creaban collares anchos de varias líneas con metales preciosos y piedras preciosas incrustadas que usaban tanto hombres como mujeres.
En la Roma antigua, encandilados con las joyas, los collares alcanzaron cotas históricas. Emperadores, clero y toda la alta jerarquía, mostraban con suntuosidad gran cantidad de joyas y collares como demostración de su alta alcurnia y su prominencia.
Y también tenían su lugar en la esclavitud. Ya que los esclavos romanos lucían collares que definían su propiedad. Incluso les ponían inscripciones tales como «Me he escapado» o «Si me devuelves a mi amo recibirás recompensa». Advirtiendo con ello a quien comprara ese esclavo, que existía el riesgo de que volviera a escapar.
Durante la Edad Media, se convirtió en un elemento más integral de la vestimenta, y los collares reemplazaron a los broches como la forma principal de joyería en los períodos del gótico tardío y del Renacimiento temprano.